¡NUNCA MÁS!

Saludo y presentación, Mons. Luis Argüello
1. La Iglesia católica y los abusos sexuales a menores: concienciación sobre el pasado. Perspectivas para un futuro mejor, Hans Zollner
            La situación actual de la Iglesia en relación con los abusos sexuales
            El clericalismo
            La percepción de los supervivientes
            Paradojas
            Consecuencias de la existencia de abusos
            Principios teológicos y pastorales
            Lecciones espirituales
2. ¿Cuál es el plan antiabusos de la Iglesia?, Alfredo Dagnino
3. El relato de las víctimas desde la experiencia de la escucha, Lidia Troya
            La escucha de las víctimas
                        Las tres heridas
                        Un duelo prohibido: incomprensión, sufrimiento y soledad
                        Confusión, culpa y vergüenza
                        «En nombre de Dios»: el abuso espiritual
                        La (in)justicia: «Si decides denunciar, empieza otro calvario»
            La escucha atenta: el encuentro con el otro
                        ¿Qué no decir?
                        ¿Qué no hacer?
            Hacia la tierra prometida
            Epílogo
4. El tratamiento de la realidad de los abusos en la Iglesia, Daniel Portillo
5. Abusos en la Iglesia: lecciones aprendidas y pendientes, José Luis Segovia
            Aspectos significativos
            Lecciones por aprender
                        Ser proactivos
                        Conocer la totalidad de la realidad
                        Superar la actitud corporativista
                        Atender a los abusos de naturaleza no sexual
                        Renovar responsables
                        Desarrollar la justicia restaurativa
                        Destinar recursos
                        Poner a la víctima en el centro
                        Ir más allá
                        Unificar criterios de transparencia
            Conclusión
Clausura, Cardenal Carlos Osoro

El abuso sucede. Somos seres humanos y, como tales, nunca podremos acabar absolutamente con todos los tipos de abuso. ¡Nunca! El mal existe. El mal está entre nosotros mismos y en nuestras relaciones. Nosotros no estamos preparados para acabar con el mal en sí. En ese sentido, la gente comprende que haya abusos y que podrían perdonar. Pero resulta más difícil perdonar cuando, aun sabiendo que el mal existe, no fomentamos una actitud y lucha contra el abuso. Y encontramos en muchos sectores de la Iglesia una resistencia para admitir el mal que ha sucedido dentro de la Iglesia de manos de personas consagradas.